“… Si no es amor la empresa”
Tras organizar con cierta dificultad el gentío que ocupaba el recinto, conseguimos entre empujones sentarnos en un hacinado salón de actos del Instituto Sorolla. Paco Damas se enfrentaba entonces a una jauría de estudiantes que no parecían hacerle mucho caso, pero que poco a poco, con su característica serenidad teñida de humor, supo controlar, ayudado por la participación activa de ciertos voluntarios y del propio público. El concierto se convierte entonces en un recital interactivo, donde los alumnos de distintos institutos trabajan juntos para hacernos pasar una bonita mañana, llena de poesía, música y sentimientos. El “estilo Damas” hace llegar las letras al corazón de una gran variedad de oyentes.
La escoria, la ignorancia y la vejez, que se vayan a los pueblos. O eso piensan (sí, a veces incluso aquellos que lo niegan) algunas personas. Pero este negativismo no le impidió avanzar en su carrera como poeta a Miguel Hernández., de quien podríamos decir que fue la “cenicienta” de la generación del 27, ya que siendo de joven un modesto pastor, cambió el cayado por el papel y la pluma, y el rebaño por la poesía. Condenado al terminar la guerra civil primero a muerte y a cadena perpetua después, muere en 1942 de tuberculosis en una de las celdas del Reformatorio de Adultos de Alicante, donde escribió sus más sentidos (diría yo “sufridos“) poemas sobre la guerra y las duras condiciones de la posguerra.
Todo esto se encarga de recordárnoslo Paco Damas. Nos acerca a aquellos que vivieron hace ya décadas, sufrieron la masacre de la guerra civil entre personas, familias y la lucha de ideologías. Aquellos prisioneros políticos que perecieron entre la frialdad de los ladrillos de sus cárceles y los corazones de la gente. Por eso, con un “Tristes, tristes guerras” nos despedimos. Con el amargo sabor de recordar que los tiempos lejanos nos persiguen hasta hoy. Las cosas no han cambiado demasiado en algunos lugares…
Uno se pregunta qué pensaría Miguel Hernández si escuchase sus poemas musicados por Paco Damas y recitados por nosotros. Yo creo que se sentiría sinceramente honrado.
José Manuel Palenzuela, 1º Bachillerato ALa escoria, la ignorancia y la vejez, que se vayan a los pueblos. O eso piensan (sí, a veces incluso aquellos que lo niegan) algunas personas. Pero este negativismo no le impidió avanzar en su carrera como poeta a Miguel Hernández., de quien podríamos decir que fue la “cenicienta” de la generación del 27, ya que siendo de joven un modesto pastor, cambió el cayado por el papel y la pluma, y el rebaño por la poesía. Condenado al terminar la guerra civil primero a muerte y a cadena perpetua después, muere en 1942 de tuberculosis en una de las celdas del Reformatorio de Adultos de Alicante, donde escribió sus más sentidos (diría yo “sufridos“) poemas sobre la guerra y las duras condiciones de la posguerra.
Todo esto se encarga de recordárnoslo Paco Damas. Nos acerca a aquellos que vivieron hace ya décadas, sufrieron la masacre de la guerra civil entre personas, familias y la lucha de ideologías. Aquellos prisioneros políticos que perecieron entre la frialdad de los ladrillos de sus cárceles y los corazones de la gente. Por eso, con un “Tristes, tristes guerras” nos despedimos. Con el amargo sabor de recordar que los tiempos lejanos nos persiguen hasta hoy. Las cosas no han cambiado demasiado en algunos lugares…
Uno se pregunta qué pensaría Miguel Hernández si escuchase sus poemas musicados por Paco Damas y recitados por nosotros. Yo creo que se sentiría sinceramente honrado.
El recital “Tristes guerras” organizado por nuestro instituto en colaboración con los IES “El Cabañal” “Sorolla” y “Serpis”, tuvo como protagonista al cantautor Paco Damas, amante de la generación del 27, que, con la ayuda de un guitarrista, revivió con ritmos contemporáneos las vivas y profundas palabras escritas por el poeta Miguel Hernández, hace más de 70 años.
El concierto contó con la colaboración de alumnos de los tres centros. Gracias a la lectura que fueron haciendo de cada poema, luego musicalizado y cantado por Paco Damas, el ambiente tomó un giro agridulce, al mezclar la dura poesía de Miguel Hernández con ritmos alegres y contemporáneos.
En cuanto al ambiente creado para la ocasión fue sencillo, con un claro fin interactivo, ya que la letra de los poemas se proyectaba en una pantalla, facilitando su compresión por los espectadores. Lo único que dificultó el concierto, fue la acústica del recinto, ya que dispersaba el sonido.
Paco Damas afirmó que esta gira, “Tristes guerras” no está pensada específicamente para escolares, sino que se realiza normalmente en teatros comerciales. Por tanto el esfuerzo de nuestros profesores, Juan Luis Moliner y Mabi Castro, que lo han traído para nosotros, me parece digno de aplauso.
Karen González, 1º Bachillerato A
